Roturas fibrilares en el gemelo
Tras los entrenamientos, después de llevar un tiempo corriendo, se pueden notar molestias en los gemelos y aparecer la rotura de gemelos, también conocida como signos del tirón muscular o más conocida como “la pedrada”.
Es una de las dolencias más conocidas y padecidas. La sintomatología inicial suele ser un pinchazo o dolor agudo que se suele localizar en la parte interna del gemelo en respuesta a la contracción brusca de las fibras musculares, pudiendo producirse desde una contractura, hasta la rotura muscular, en sus diversos grados.
El mecanismo exacto no se conoce, a pesar de los muchos estudios realizados, pero sí se conocen muchos aspectos que favorecen la aparición de dicha patología:
- La propia fisiología de los gemelos, ya que al ser un músculo biarticular (con dos vientres musculares) y actual en dos articulaciones (tobillo y rodilla), un estiramiento brusco, una incoordinación muscular al realizar una parada brusca, puede ser el inicio de dicha patología.
- La fatiga muscular es una de las causas más frecuentes, cuando nos extralimitamos en la actividad deportiva, no realizando los descansos pertinentes, sobreexponiendo al músculo directamente a la lesión.
- La pérdida de líquidos, sales e iones se produce como consecuencia de una sudoración derivada del ejercicio, por lo que debemos mantener una hidratación adecuada, ingiriendo líquidos antes de que aparezca la sed.
- Condición neuromuscular deficiente: Un trabajo inadecuado, la existencia de poca flexibilidad, puede llegar a producir un acortamiento muscular, del que se deriva con más facilidad el riesgo de sufrir esta lesión.
- Calentamiento inadecuado: Unido al factor anterior, es una de las actividades imprescindibles antes de realizar un ejercicio para no provocarnos lesiones, incluyendo en él todos los músculos y articulaciones que van a participar en el ejercicio.
- El ejercicio sobre superficies irregulares provoca, frecuentemente una carga mayor en una zona determinada, por lo que hay que procurar entrenar en superficies regulares y que, a ser posible, absorban los impactos.
- Uso de calzado adecuado: Si perdemos amortiguación por no utilizar un calzado específico para dicho deporte, o se encuentra deteriorado, puede aumentar el riesgo de sufrir dicha lesión
- La existencia de lesiones previas, sobrecargas o roturas previas, suponen zonas frágiles o puntos débiles para provocar la lesión en dicha zona.
- Alteraciones en la columna: Por colateral que parezca, incluyendo malformaciones en columnas, son causas para lesionarse.
- La mala salud o malos hábitos como son el consumo de alcohol o tabaco, así como la falta de descanso, influyen de forma determinante, por lo que fomentar los buenos hábitos nos evitará riesgos.
- Condiciones ambientales como el frío y la humedad dificultan la entrada en calor del músculo favoreciendo la aparición de lesiones, por lo que debemos calentar y utilizar ropa deportiva adecuada
En el momento de notar, presentar y sentir signos de dolor, es fundamental acudir al especialista correspondiente para realizar un correcto diagnostico, así como el alcance de la lesión, para poder realizar el tratamiento adecuado y programar la recuperación muscular y la reincorporación del deportista de la forma más correcta y en el menor tiempo posible.