Las articulaciones de nuestro cuerpo sufren desgaste a lo largo de la vida a causa de los trabajos que implican movimientos muy repetitivos. El deporte intenso, la edad, el sedentarismo o el sobrepeso son factores que acentúan el deterioro natural o la aparición de dolencias relacionadas con las articulaciones, que cursan con dolor y/o inflamación.
En algunos casos, este proceso se acelera si hemos sufrido una lesión grave o padecemos algún tipo de patología. Los problemas articulares generan la desaparición del cartílago (la capa que recubre el hueso) y, a medida que este se deteriora, se produce dolor, inflamación local, dificultad para realizar los movimientos, levantar peso y/o inestabilidad.
Gracias a los avances en medicina, es posible paliar el dolor articular con la Medicina Regenerativa.
Pero, ¿qué es la Medicina Regenerativa? Es aquella que se basa en el empleo de grupos celulares del propio organismo, extraídos de distintos tejidos, como puede ser la grasa. Estos producen diversos efectos en las zonas donde se implantan, tales como antiinflamación, comunicación y activación celular, generación de nuevas vías vasculares e inmunomodulación.
Los grupos celulares que se emplean en estas terapias son muy variados, desde las plaquetas y las células del sistema inmune, hasta las famosas células madre. El material biológico del paciente se implanta en la zona a tratar y ésta se recupera de forma evidente, dando lugar a la desaparición del dolor y a la mejora en el movimiento.
Estos tratamientos no solo son útiles en patologías de desgaste articular debido a la edad o en patologías degenerativas sin cura, como la artrosis, sino también en lesiones agudas producidas por la práctica de deporte.
La variedad de terapias en Medicina Regenerativa hace que el diagnóstico médico sea básico para su correcto funcionamiento. Por ello, todos estos tratamientos deben ser realizados bajo prescripción médica de un especialista que conozca dichas terapias.
Recordemos que la aplicación de tratamientos de Medicina Regenerativa como tratamiento sintomático de ciertas patologías articulares es tremendamente efectivo para aliviar el dolor articular general, produciendo una mejora muy importante en la fisiología de la articulación y, en consecuencia, en la vida del paciente. Incluso sería recomendable en pacientes que realizan entrenamientos de alta intensidad en cualquier modalidad deportiva, como pádel, tenis, baloncesto y, sobre todo, running, a modo de medicina preventiva.
La implantación de este tipo de terapias no permite posibilidad de rechazo porque se emplea el propio material biológico del paciente. Las técnicas empleadas son muy seguras, prácticamente carentes de riesgos, y consiguen en breve tiempo disminuir drásticamente el dolor que sufre el paciente, mejorando la movilidad articular y, sobre todo, si se realiza a tiempo, puede llegar a mejorar la evolución degenerativa de la articulación, la cual, sin duda, obligaría a una intervención de prótesis en el futuro. Todos los pacientes sometidos a dicho trasplante de tejido mejoran el movimiento articular y reducen el dolor en un 75%. Evidentemente, la reducción de la sensación de dolor es un aspecto clave en casos de enfermedades degenerativas como la artrosis, permitiendo al paciente llevar una vida prácticamente sin limitaciones.




