Lesiones de rodilla en el Padel

El Pádel es un deporte en auge, que nos ayuda a mantenernos en forma, pero hay que reconocer que es […]

El Pádel es un deporte en auge, que nos ayuda a mantenernos en forma, pero hay que reconocer que es muy agresivo para las articulaciones, ligamentos y meniscos. La rodilla sufre debido a los giros, cambios de direcciones y paradas, produciendo fundamentalmente esguinces y roturas, parciales o totales.

La lesión más frecuente es la del ligamento lateral interno (LLI) y se produce ante un valgo forzado o, lo que es lo mismo, cuando se nos mete la rodilla hacia dentro. Dependiendo de la magnitud del movimiento, primero se dañaría este ligamento. Si progresa la fuerza, se lesionaría el menisco y, si aún es más violenta, podría llegar a romper el Ligamento Cruzado Anterior (LCA), lo que es conocido como la clásica Triada.

Hay que tener siempre en cuenta la importancia del LLI, ya que es el estabilizador de la rodilla ayudando al LCA y al LCP en los movimientos anteroposteriores. Por ello, constituye por sí una lesión con identidad propia.

Muy frecuentemente se asocia a la lesión ligamentosa la de los meniscos, debido en la mayoría de los casos a movimientos repetidos de aceleración-desaceleración, así como a los cambios bruscos en la dirección.

Debido al ejercicio asimétrico y unilateral que exige la práctica del Pádel, es de suma importancia realizar deportes que fortalezcan todo el cuerpo, como el Pilates y los ejercicios de propiocepción, que fortalecen y dan equilibrio a la rodilla, así como estabilidad.

La aplicación de hielo y vendaje es esencial para acudir al especialista correspondiente, obtener el correcto diagnóstico y el adecuado tratamiento.

Para evitar este tipo de lesiones es esencial el calentamiento antes del ejercicio, de al menos 15 minutos. Asimismo, es aconsejable combinar el Pádel con la práctica de otros deportes que fortalezcan la musculatura de las zonas de las caderas y piernas. También se recomienda realizar una revisión de la pisada, para que no influya en los cambios de dirección y en el sufrimiento de la rodilla. Sin olvidarnos nunca de que los estiramientos, de todas las zonas implicadas en el ejercicio, deben realizarse tanto de forma previa como al finalizar el deporte.

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