Patologías

Artrosis

Edema óseo

El edema óseo es la presencia de líquido / inflamación dentro del hueso.

Puede aparecer por motivos muy diversos, entre ellos traumatismos, exceso de carga física, patologías degenerativas del hueso o el cartílago como la artrosis, y en ocasiones por causas desconocidas.

El edema óseo cursa con dolor sordo, que puede ser intenso, en las localizaciones afectadas y que se intensifica con la actividad física,  mejorando con el reposo. A veces puede  acompañarse de líquido en las articulaciones (derrame articular) e inflamación en las partes blandas adyacentes, pudiendo limitar la movilidad de la articulaciones cercanas.

Si el líquido en el hueso no se reabsorbe y se prolonga en el tiempo puede desembocar con cierta frecuencia en fractura y osteonecrosis del hueso.

Dado que el edema óseo no se visualiza en una radiografía convencional, la prueba de elección es la resonancia magnética, que es muy fiable para detectar la presencia y extensión del edema óseo, así como para controlar la evolución.

Inicialmente se recomienda reposo para disminuir la carga en la región afectada así como hielo y antiinflatorios o analgésicos. Ésto puede ser suficiente para edemas óseos muy localizados o con poca sintomatología, sin embargo, cuando el edema es significativo o se asocia a dolor moderado o severo, es recomendable asociar otros tratamientos:

  • Magnetoterapia: consiste en la aplicación de campos magnéticos a través de un dispositivo que pueden ser aplicadas en un centro de rehabilitación o en el propio domicilio del paciente. La magnetoterapia mejora el dolor y permite la reabsorción del edema más rápidamente
  • Plasma rico en plaquetas (PRP): se ha demostrado que el aporte de PRP, tanto intra articular como especialmente intra óseo, acelera la recuperación de estos procesos por la regeneración estimulada por los factores de crecimiento plaquetarios, siendo una técnica ideal para esta patología.
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